Online casino Philippines using gcash Andy Warhol – La Fotoneta
Categorías
Especiales

Historia de las cabinas de fotos, parte 3

En las partes 1 y 2 de la «Historia de las cabinas de fotos» les contamos toda la historia del surgimiento de las cabinas, quiénes fueron los primeros visionarios, la historia de Anatol Josephewitz, y cómo las fotocabinas se fueron convirtiendo en parte importante de la cultura occidental durante el siglo XX. Ahora ahondaremos un poco más en lo que pasó en términos culturales, sobre todo a partir de la década de 1950.

En Hollywood, como no podía ser de otra manera, las cabinas de fotos encontraron un terreno fecundo para desarrollarse. En la película de 1953, «The Band Wagon», protagonizada por el gran Fred Astaire y Cyd Charisse, Astaire realiza una de sus coreografías junto a una cabina de fotos Photomatic.

En 1957, la revista Esquire llevó una cabina de fotos Mutascope al estudio de fotografía del famoso fotógrafo Richard Avedon. Según el artículo, Avedon decía que «el verdadero talento fotográfico no puede estar restringido por las limitaciones técnicas de una cámara«. Los editores de Esquire eligieron celebridades y desafiaron a Avedon a que produzca fotografías en la cabina. El ensayo fotográfico producido fue muy popular, con imágenes de Marilyn Monroe, Audrey Hepburn, Truman Capote y Ethel Merman, entre otros.

marilyn_monroe_photobooth truman_capote_audrey_hepburn

Las cabinas de fotos ya formaban parte de la vida cotidiana en Estados Unidos y gran parte de Europa. En muchas tiendas y supermercados se instalaron cabinas, y estas atestiguaron y fotografiaron los cambios culturales y sociales que se fueron dando. Cerca los años 60, muchas tiendas comenzaron a recibir quejas de que las parejas, y particularmente las mujeres, ¡se quitaban sus ropas dentro de las cabinas! A propósito de esto, en muchas tiendas comenzaron a quitarle las cortinas a las cabinas de fotos.

Uno de los grandes promotores culturales de las fotocabinas fue un genio del siglo XX, Andy Warhol. Empezando a finales de los 50 y durante toda la década del 60, Warhol entendió a las cabinas de fotos como una cámara barata y efectiva, que producía fotos perfectamente útiles para trabajar en obras de arte y diseño gráfico. Warhol tuvo la visión de que un artista podría producir obras de arte combinando poses y movimiento en una cabina.

En 1963, Warhol desafió el mundo de la fotografía comercial y la moda con la inclusión de fotos de modelos producidas en cabinas de fotos en la revista Harper’s Bazaar. En 1964 comenzó a utilizar las diferentes cabinas de fotos instalados a lo largo de Times Square para crear una serie de retratos y ensayos fotográficos por encargue para estrellas y medios. Al año siguiente, la revista Time lo contrató para que produzca una tapa sobre los adolescentes estadounidenses. Warhol usó a hijos e hijas de los directivos de la revista como sujetos y les hizo tomar fotos en fotocabinas.

Warhol guardaba cientos de tiras de fotos de amigos y muchas personas que pasaban por su vida, en parte por hobby, en parte para usarlas en sus obras. Muchas de ellas hoy están guardados en archivos de museos a lo largo del mundo. En su estudio tuvo instalada una cabina de fotos, y era contratado por muchos para que produzca sus retratos y les añadiera su arte, como en el caso de Marilyn Monroe, una de sus musas.

marilyn

Durante los años 60, apareció un inesperado competidor para las cabinas de fotos, las cámaras instantáneas Polaroid. Fue una de las claves para que comenzaran a aparecer las primeras cabinas de fotos a color, que fueron un boom de ventas .

El negocio comenzó a decaer en Estados Unidos hacia fines de los 70, las cabinas de fotos químicas eran ya algo anticuadas.

Las cabinas de fotos en este período se extendieron en lugares públicos, desde bares hasta aeropuertos, donde sobre todo en Europa fueron muy usadas para tomarse fotos para pasaportes.

Para fines de los 80 y principios de los 90 comenzaron a aparecer las primeras cabinas de fotos digitales. En esta parte de la historia entra Japón. Allí se produjeron algunos de los avances tecnológicos más importantes, en especial las cabinas que producían stickers, llamadas purikura, término que viene del inglés «print club«. El nombre es una abreviación de la marca registrada «Purinto Kurabu» desarrollada por Atlus y la conocida empresa de videojuegos SEGA. Estas cabinas de fotos forman parte importante de la cultura japonesa, sobre todo son una atracción para el público femenino. Las cabinas están instaladas en shoppings y salas de juegos arcade, y hay miles y miles alrededor del país y en gran parte de Asia.

purinto_kurabu

Hoy en día, las cabinas de fotos siguen siendo parte de la vida de aeropuertos, shoppings, bares y espacios comerciales en todo el mundo. Y desde Estados Unidos en los últimos años surgieron como una alternativa genial como punto de entretenimiento en todo tipo de eventos. Todo gracias a un inmigrante judío de la Siberia, Anatol Josepho, un aventurero que creó una industria que ya lleva casi un siglo evolucionando.

Fuentes: panmodern.com – nytimes – telegraph